Por Sat Atma Singh/Compassion Times

Jap Singh nos visitó el fin de semana pasado para compartir con nosotros un poco de la devoción que transmite con su kirtan y compartir enseñanzas de Kundalini Yoga con la profundidad y corrección que ha adquirido a lo largo de los años que lleva  como maestro, pero también conversamos con él sobre la significativa experiencia que está atravesando en su nuevo domicilio en Saltillo, Coahuila.

En esas tierras del norte de México está siendo pionero no solo como maestro de Kundalini Yoga, sino también como sikh, como portador de enseñanzas místicas, de métodos alternativos de sanación y de una nueva visión para guiar a muchos a encontrar su propio camino hacia una nueva conciencia.

Entre las actividades que está desarrollando es ofrecer clases de Kundalini Yoga a migrantes, entre mexicanos y centroamericanos a quienes “les doy lo que sea que necesiten para relajarse un poco”, debido a que son personas que están sometidas a una enorme presión por los peligros que enfrentan en su travesia y las amenazas encarnadas en grupos de narcotraficantes como Los Zetas y a veces hasta las mismas autoridades.

Describe que la mayoría quienes reciben estas clases son jóvenes, muchos de ellos pandilleros y creyentes cristianos o católicos, por lo que a veces para tranquilizarlos aparte de cantar mantras, entonan también cantos religiosos como la canción de La Virgen de Guadalupe o les habla de Jesucristo. En las clases se centra en darles herramientas para manera la ansiedad y el estrés.

Luego, al margen de la siuación con los migrantes se desarrolla la guerra contra el narcotráfico. “Son dos ejércitos, solo que unos no tienen uniformes”, describió Jap Singh.

El conflicto, la hostilidad es visible y en lo personal Jap Singh dice que padece mucho debido al uso de su turbante, ya que casi inevitablemente, en cada retén de las autoridades es detenido y debe dar largas explicaciones antes de poder continuar su camino.

Pero eso es solo una cuestión colateral. La realidad para la mayoría de habitante es que impera un sentimiento de miedo. “La gente quisiera irse a vivir a El Paso (Texas)”, expresó en la entrevista.

Indicó que ha presenciado escenas en las calles de Saltillo que parecen irreales, como la vez que observó a plena luz del día como transferían un lote de armas de un vehículo a otro. Aunque no siempre lo reportan los medios de comunicación, cada cierto tiempo se conocen noticias de que aparecieron personas asesinadas o de que hubo enfrentamientos entre los militares y sicarios.

Aunado a esta delicada situación, Jap Singh también señaló que los esquemas culturales también aportan una cuota de estrés en la sociedad, especialmente en las mujeres, debido al machismo imperante. Esto lo percibe tanto en Saltillo como en Monterrey, a donde también se desplaza periodicamente para dar clases en una zona acomodada de la ciudad.

Jap Singh consideró que eso es otro desafío pues este es un asunto cultural al que no busca confrontar, pero sí actuar como catalizador para que cada una o cada persona encuentre conscientemente como aliviar esa situación.

Por último, pero no menos importante, está el trabajo que realizan en el centro de yoga Avemed, un local con 8 salones en donde imparten clases a unos 70 alumnos, donde Kalian Kaur enseña a mujeres embarazadas y una vez al mes celebran kirtan.

Respecto a su propio aprendizaje, Jap Singh reveló que está haciendo estudios sobre la respiración y nos avisa que pronto vendrá a impartir talleres para perfeccionar el arte del pranayam tanto para maestros como estudiantes.

Más información:

www.avemed.org